Fue sinónimo de estatus y belleza, allí donde sociedades de artesanos urdían y tramaban creencias en el Dios del Sol, la Luna y el Rayo. Civilizaciones que entre el cielo y los Andes, veneraban las vicuñas y vestían figuras geométricas donde ornamenta y simbolismo se fundían en un textil que los abrigaba y protegía; para también lucir y enamorar.

Cubrirse con un poncho es como cubrirse con los misterios de la tierra, poetizaba Atahualpa Yupanqui. De la prenda hacia afuera, el mundo infinito y complejo; y poncho adentro, el universo, animando los sentimientos del hombre.

Ayma celebra el arte del poncho, que no solo es el arte de amalgamar fibras naturales con manos que proyectan milenios de humanidad.

El Arte del Poncho es descubrir la magia de un tejido que representa la conexión del hombre con la naturaleza y la evolución. Simboliza el arte de vivir más lento y confortable. Es también el arte de saber vestirlo y portarlo con elegancia y sensualidad.

Ayma custodia y protege este legado ancestral y a través de un oficio que viene de lo profundo de los tiempos, postula el sueño de llevar el Poncho a su máxima expresión de diseño y calidad.